¡Al fin libre!

El sonido de una piedra arrastrándose comenzó a oírse en todo el Bosque del Ocaso. Algunas de las criaturas miraban inquietas hacia todos lados, intentando huir, mientras que otras, tanto depredadores, malditas como no-muertos olisqueaban el aire en busca de lo que podría ser una presa. En el cementerio del Cerro del Cuervo, una figura pequeña, sucia y desaliñada salía de entre las criptas más antiguas y ruinosas. Una joven, rubia, de pelo largo y ojos claros se sacudía su mugrienta toga, mirando alrededor entrecerrando un poco los ojos  para adaptarse a la luz del mundo exterior. Respiró hondo, sintiendo su libertad, saboreándola más que nunca, pues llevaba años sin salir de debajo de la tierra. Miró a su alrededor, buscando un posible camino con un posible poste con indicaciones. Después de un rato, la consiguió encontrar no dudó en salir corriendo para estirar sus entumecidas piernas.Se fijó en varios hasta que pudo divisar el cartel que buscaba: Ventormenta. Satisfecha, le dedicó una sonrisa a la nada y se dispuso a caminar.

Una vez más, Sombrero observaba desde la entrada de la taberna del Cerdo Borracho todo el local. Estaba como siempre, guardias borrachos que habían terminado su turno, elfos nocturnos desconfiados susurrándose en su idioma, ladrones que se aprovechaban de unos y otros, incluso las señoritas de compañía de siempre. Reese, el tabernero se encargaba una vez más de que todos los clientes no pasasen sed. Mientras se sacaba un cigarro de su chaleco negro y lo encendía con una llama roja, algo pasó por su lado que interrumpió sus pensamientos...

¡Fiesta de la Cerveza!

Aneeta: ¡Al fin, al fin! ¡La fiesta de la cerveza! Estuve allí, promocionando mi cerveza, pero nadie me hacía caso... Aún soy bastante anónima, pero no pasa nada... Pronto llegaré a ser más famosa que los Cebatruenos... Esos viejos gruñones no hacen mejor cerveza que yo... El mundo lo que necesita son ideas nuevas, con las tradiciones de siempre... ¡Cerveza sin alcohol, por ejemplo! O... Como le gusta a mi señor Tristan... ¡Cerveza con Limón! Prueben la nueva Aneeta Lemon, disponible en el Cerdo Borracho, el Ermitaño Azul, el Cordero Degollado, Forjaz y la Taberna de Theramore.

Maldita sea.

No soy capaz de escribir sin que se me subraye en blanco los párrafos de las Crónicas de Belannus, así que tendré que escribirlo en papel y volverlo a escribir de nuevo más adelante... Es una porquería, pero bueno, siento retrasarlo una vez más... Qué pereza.

Empieza el cole.

Bueno, llega septiembre, nuevo curso. Seguramente tenga menos tiempo, pero intentaré terminar todo lo que tengo pendiente. Como estoy en el último año, tendré que esforzarme más y llegar a la altura, pero creo que eso no será problema. Con ánimos de empezar estoy, ya que eso supone estar más cerca de ser una profesional de mi oficio. Pongo una lista de las cosas que tengo que hacer:

-Terminar a Morelith
-El tributo a Karbuncle, personaje de Tyrande.
-Terminar el dibujo de la draenei Chamán.
-Hacer la escena de la puñalada de Dorgen a Erine.
-Hacer la escena de la aparición de Elzar.
-Tres capítulos nuevos de las Crónicas de Belannus.

Uff, eso es todo, de momento. Es bastante trabajo... Espero no morir en el intento, jeje. Aquí os dejo una escena de mi primer rol. La pequeña Arhinn tirándole bolas de nieve a Darksirk, un Caballero de la Muerte que parece tener una paciencia infinita...

 

Morelith, directora de la Escuela.

Al fin terminé el boceto de Morelith, está aún a lápiz, pero sé que le hace ilusión verlo ya. ¡Espero que te guste, Morelith!

Rol de los Errantes (Servidor de World of Warcraft).

Bueno, un par de dibujos sobre algunos roles que he tenido (y tengo) en los Errantes. El primero es la historia de dos draeneis que son amigos de la infancia: Aneón y Dyrnala. Este rol no está muy avanzado, espero poder seguirlo ^^. No tiene sombreado, espero ponerle color algún día.

 

El otro rol es un poco más largo y es el del siervo de Elzar y brujo Sombrero, junto con su aprendiza, Erine, que se suelen ver envueltos en extrañas y oscuras tramas. Las intenciones de la aprendiza no son del todo claras, aunque a veces da la sensación de que anhela algo que tiene su maestro.