domingo, 28 de noviembre de 2010

Exámenes caca.

Bueno, sé que tengo el blog un poco abandonado, espero que seáis pacientes conmigo, puesto que los exámenes están abosrbiendo todo mi tiempo y no puedo hacer casi nada. En cuanto los termine, volveré a darle vida a mi querido Blog. 



Muchas gracias por la comprensión :D.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Luck.


“-Y desde aquel momento ando buscando ese libro...- Le dije al hombre que me miraba con curiosos ojos.

Si ese fuera el libro y mi historia le hubiese cautivado, tal vez me lo diese... Guardé silencio unos instantes mientras el comerciante parecía reflexionar mientras acariciaba suavemente las tapas del libro. No parecía muy convencido de la historia, su boca se torcía hacia un lado en una mueca incrédula.

-Niñas que recuerdan vidas pasadas... ¿Eh?... Está bien, será mejor que se vaya a descansar, mañana me pondré en contacto con usted, tal vez deberíamos cruzar unas palabras más además de la historia que me ha comentado hoy. Su nombre es Zei, ¿verdad?- Asentí afirmándolo.- A mi puedes llamarme Luck, muchas personas consideran que doy buena suerte... –Dijo mientras soltaba una risilla.- Le buscaré cuando despierte mañana.

Ese hombre me dejó bastante intrigado, pero he de reconocer que tampoco me dio desconfianza al fin y al cabo. Seguramente sea él el que lleve el libro de Nilia y si lo consiguiese, podría volver a la tienda, donde está la niña deseosa de tener su tesoro.

Continué caminando después de despedirme y llegué al fin al pequeño pueblo. No parecía muy turístico, pero sí bastante acogedor. Las casas estaban construidas en piedra gris y madera oscura, dándole a la fachada sin pintar un aspecto bastante rústico. Los farolines también estaban encendidos, pero su luz era tan pobre que le daba a la calle un tono bastante medieval. Me acerqué hasta la casa que tenía el cartel de hospedaje e hice mi reserva. Cuando llegué a la habitación caí rendido, me dio la sensación de que no había tocado una cama en años. El perfume de las sábanas recién puestas y la suavidad y comodidad del colchón hicieron que me quedase dormido, sin percatarme de que algo o alguien me observaba en la oscuridad...”