jueves, 26 de mayo de 2011

La Carta del Adiós.

A un mago:

Querido Angeliss, ¿cómo estás? Sé que desde hace apenas un día, ya no formas parte de este mundo. ¿Qué puedo decir de todo esto? Mi corazón se paralizó en cuanto supe la noticia y desde entonces, no he podido dejar de ahogarme. ¿Dónde está aquel mago que no paraba de llamarme "Coletitas" desde el primer momento que me vio? ¿Por qué te has ido así, sin despedirte, sin decir nada más? Quizá debería haberte dicho cosas mejores en nuestra última conversación, quizá. Pero no importa, eso es cosa del pasado y no se puede cambiar. Hoy, aquí, en Madrid, ha llovido mucho. A pesar de que he estado rodeada de gente, el simple hecho de que tu ausencia va a ser eterna ha sido sino el gran pesar que invade mi alma. Desde aquí, Angeliss, he de decir que siempre has conseguido que me sintiese mejor con cada palabra que cruzábamos y cada risa que nos echábamos juntos me hacía un poquito más feliz. 

Sólo espero que allí donde estés, seas feliz, que hayas dejado atrás todo el dolor del mundo mortal y te hayas convertido en un granito de la arena de la eternidad, donde nos volveremos a ver algún día. Nunca te olvidaré, mi querido mago, llenaste un hueco en mi corazón y tu ausencia no lo vaciará, si no que lo hará más grande. Aunque físicamente no estés, vives dentro de nosotros, de todos los seres que te queremos.

Hasta pronto, Angeliss.

Te quiere, Arhinn, o como tú me decías siempre: "Coletitas".

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